Hace unos días, nos llenamos de esperanza al trasplantar el primer corazón
pediátrico en nuestra Institución, que a su vez se convirtió en el primero de
este tipo realizado en el Oriente Antioqueño.
En el mes de noviembre ya habíamos agradecido la oportunidad de trasplantar
a Carlos, un paciente de 60 años de Medellín que recibió un nuevo corazón.
Ahora acompañamos a Emiliana, una pequeña de nueve años de El Carmen de Viboral
que sufría de miocardiopatía dilatada, una enfermedad que afectaba el bombeo de
la sangre al resto del cuerpo y cuya única esperanza era un trasplante de
corazón.
Con emoción y fe, el equipo de trasplante cardíaco se preparó para llevar a
Emiliana al quirófano. La cirugía tardó siete horas y, al finalizar, se
dispusieron todos los recursos, especialistas y tecnología necesarios para
acompañarla en su proceso de rehabilitación y adaptación al nuevo corazón.
La realización de esta cirugía, que es una de las más complejas a nivel
cardíaco, requiere de un equipo multidisciplinario y de un gran trabajo
colaborativo entre el Centro Cardiovascular que realiza el procedimiento y la
Clínica Somer, que dispone de la unidad de cuidados intensivos y el servicio de
hospitalización para garantizar la recuperación integral del paciente.
“El trasplante cardíaco de Emiliana es un hito, no solo para Somer y Somer
Incare, sino para toda la región, ya que no se trata solo del primer trasplante
cardíaco pediátrico, sino del primer trasplante de un órgano a un niño en estas
instituciones. Esto abre una puerta para los pacientes en esta zona que se
encuentran en una condición similar a la de Emiliana”, mencionó el doctor Luis
Fernando Carvajal, cardiólogo pediátrico de Somer Incare.
Regalar una nueva oportunidad de vida a pacientes como Emiliana y Carlos no
solo es posible gracias a servicios como los nuestros, sino también por la
bondad de familias que, pese a su dolor por la pérdida de un ser querido,
deciden donar sus órganos y dar vida, incluso después de la vida.
Yudi Alejandra Daza, mamá de Emiliana, dijo: “Mi hija venía pasando por su
enfermedad desde el 2020, incluso tenía marcapasos. Hubo un tiempo en que no
avanzaba y su falla cardíaca iba empeorando. Ella dependía de mucho medicamento
y los médicos definieron que la alternativa era el trasplante. Emiliana no
podía correr ni jugar porque todo el tiempo se fatigaba. Ahora ha subido de
peso, volvió a disfrutar la comida y ha mejorado en esfuerzo físico. Estamos
felices”.
Emiliana se encuentra disfrutando de su nuevo corazón, que le ha permitido
bailar, jugar y subir contenido a TikTok, una de sus grandes pasiones, mientras
continúa con todo el acompañamiento de nuestro gran equipo en su proceso de
rehabilitación cardíaca.
El doctor Byron Piñeres, intensivista pediátrico y coordinador médico de la
unidad de cuidado intensivo pediátrico de Somer, dijo: “Estamos felices de
aportar a este proceso, pues ayudamos a renacer a un niño. Lo ayudamos a que no
sufra más y pueda vivir su infancia. Después de un trasplante como este, hay
una posibilidad de volver a correr, saltar, jugar y disfrutar la vida.
Realmente nos enamora ser parte de esto”.
Con Emiliana, ya son dos los trasplantes de corazón realizados en un trabajo
colaborativo entre el Centro Cardiovascular Somer Incare y la Clínica Somer, y
están abiertas las posibilidades para seguir acompañando y brindando esperanza
a más personas que lo necesiten.